Queridas primas,
El destino dejó caer en mis manos un pasaje sobre un tal Cioran y su manía por la correspondencia:
"Cuando Cioran se refería a la "manía por la correspondencia", sabía muy bien lo que decía. En griego antiguo, mania significa locura. Y el caso es que él dedicó toda su vida a las cartas. Epístolas, postales, sobres pegados con nerviosismo, con ternura, con envenenamiento, con delicadeza, vengativo o cariñoso, lo tuvieron ocupado casi cada mañana durante medio siglo. Bien porque las cartas eran remitidas por lunáticos, por fracasados, por depresivos, por mujeres histéricas y suicidas potenciales, bien porque le escribían sus padres, su hermano, sus antiguas amantes o sus amigos del exilio (en mayor o menor medida legionarios, homosexuales, sajones o miembros de la Securitate, así como traductores, editores o admiradores, llamáranse estos [...]) lo cierto es que La carta representa en la biografía literaria de Cioran un capítulo aparte, turbio y ciertamente impactante."
Despre Cioran si fascinatia nebuniei (Sobre Cioran y la fascinación de la locura) de Dan C. Mihalescu
Propongo colocar esta nota en las cestas de galletitas o entregarla en mano a nuestras visitas a guisa de invitación a la locura.
L.P.
¡Claro!¡Buena idea! Yo siempre he estado a favor de las galletas chinas, ésas con un mensajito dentro, aunque también es cierto que nunca las he probado y no sé si me gustarían. En las fotos parecen muy poco apetitosas (y no cuento lo de morder papel, porque da hasta grima). ¿Cioran en lugar de Confucio para nuestros mensajitos? Ummmm. No digo que no, pero tenemos que consultarlo con algún abogado. Hay que estar preparadas por si nos acusan de incitación al suicidio.
ResponderEliminarCon cariño