viernes, 24 de septiembre de 2010

Conociendo al vecindario

Queridas primas:

Hoy he preparado mis famosas GALLETITAS INVISIBLES. No llevan azúcar, huevos ni levadura, ni, por supuesto, harina o cacao. Lo mejor es que su atractivo aspecto dorado, su aroma delicioso y ese regusto que dejan en el paladar corre a cargo de la imaginación de cada cual (esta entrada, me está saliendo en rima asonante). Vosotras diréis "¡Pero, mujer, ¿por qué te has tomado tantas molestias?!". Bueno, pues muy simple: ¡¡Tenemos que intimar con nuestros vecinos! ¡Conocerlos! ¡Que nos conozcan!. Y se me ha ocurrido que nada hay más encantador que plantarse en casa de alguien con un platito de galletas recién hechas para convidar (especialmente si vas en bata, con plantufas y unas horquillas mal puestas en el pelo y el desconocido o desconocida, en su casa, tiene la misma pinta que tú -el efecto      espejo-). Entonces, eso es lo que he hecho. He preparado las galletas y luego me he puesto una rebequita agujereada y he ido a ver a tres vecinas del barrio.
La primera que me ha abierto la puerta es una muchacha que me ha recordado mucho a Lady M:
http://buscandoamrdarcy.blogspot.com/2009/04/mi-querida-anne-shirley.html
Es una joven romántica.

Luego he ido a casa de una mujer muy divertida, una asirióloga, y hemos departido un rato sobre la epopeya de Gilgamesh mientras tomábamos té y ella me enseñaba unas postales del British Museum:
A la hora de la despedida, me ha regalado una tablilla en escritura cuneiforme para que nunca me olvide de Mesopotamia. Muy exótico.

Y, por último, me he acercado al hogar de Ágatha (su hogar en el Más Acá) y no hemos comido ninguna de mis galletas -porque ella, con la edad, se ha puesto un poco paranóica y no se fía ni de su sombra-, pero, a cambio, hemos saboreado sendos muffin, que son como la magdalena de Proust  en versión aristócrática, y hemos recordado nuestra infancia, alegrándonos de algunas sorprendentes coincidencias:

Ya sé lo que estáis pensando: ¿es que no hay hombres en este barrio?. Pues sí, los hay. Pero, como comprenderéis, ante ellos no voy a presentarme en mi versión doméstica y zarrapastrosa. Además, a ellos, me temo, no les gustan las galletas "sin"...todas esas cosas. Ante ellos  tengo que hacer una entrada más dramática (tipo  Lady-intrepida-a-punto-de-caer-del-caballo). Otro día os cuento....
Con cariño
Madame Eau

2 comentarios:

  1. Queridísima prima:

    Me alegra saber de vuestra iniciativa, siempre es beneficiosa una buena relación de vecindad.

    Aplaudo vuestra modestia al presentaros ante las vecinas en vuestro estado natural.

    Os invito a probar a hacer lo mismo con los milords, ya sabéis que esa es mi política y no me ha ido tan mal. En cualquier caso respeto vuestra naturaleza coqueta y estoy abierta a aprender de vos, aunque a mi ego le cuesta.

    Querida prima, confiad en el encanto natural que emanáis.

    Querida prima? Amada hermana, ya he aprendido mucho de vos y con vos. Enseñadme a hacer entradas drámàticas fingiendo caídas de corcel, fingiendo desmayos, o a apretrme tan fuerte el corsé que no tenga que fingirlos.
    Tal vez los placeres del lecho compensen estos sufrimientos y sacrificios a Venus...

    Lady Incógnita de Nowhereshield

    Querida prima confiad en el encanto natural que emanáis.

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  2. Queridisima Madame Eau,

    He visitado la casa de la muchacha romántica y durante toda la mañana hemos charlado sobre nuestros gustos, encontrando que coinciden mucho, si bien a ella le gusta el Mr Darcy de ahora y a mi el de antes, punto sobre el cual jamas estaremos de acuerdo porque soy así de terca y ella tambien, y una vez un Mr.Darcy ha entrado en tu psique enferma, ni otro Mr.Darcy puede sacarlo de allí.
    Por otro lado, no me he presentado en zapatillas, aunque soy perfectamente capaz de hacerlo.Siempre me debato entre mis dos facetas opuestas e incluso si me apura, mis lados femenino y masculino.Yo lo quiero ser todo:ir en bata y al día siguiente todo lo contrario (que no es ir sin bata,es decir desnuda,si no llevar un elegante vestido rococó).
    Con mucho cariño,
    Lady M.

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